Parece ser que los científicos han encontrado una relación entre las conocidas “hormonas del estrés” y la potenciación de la memoria, tal como hemos podido conocer de la mano del neurobiólogo James McGaugh.
Aunque el estrés crónico perjudique la capacidad de fijación y evocación de recuerdos a largo plazo, parece ser que el estrés que supone la experiencia de una emoción puede intervenir en la consolidación de los recuerdos que acompañen a la emoción. La mayoría de las personas recordaran dónde se encontraba cuando recibieron la noticia de los atentados del 11 de septiembre, o su primer beso. Podemos sacar en concluso:
- Las emociones suelen ir acompañadas de diferentes niveles de estrés.
- Los recuerdos fuertes no se crean inmediatamente sino que se consolidan lentamente en el tiempo que trascurre tras la experiencia.
- El papel de las “hormonas del estrés” (Adrenalina y Cortisol) en la fijación de recuerdos fuertes tiene su principal zona de actuación en la amígdala cerebral.
- Los ratones a los cuales se les inyecto noradrenalina en la amígdala justo después de la experiencia novedosa incrementaron el recuerdo de esta frente a los control.
- En humanos la actividad de la amígdala se incrementa también ante la fijación de recuerdos visuales emotivos.